Ante un ataque violento
Si puedes salir,
vete a la comisaría más próxima y haz la denuncia.
Si el ataque es inevitable,
procura convertirte en un blanco pequeño. Protégete con los brazos la cara y la cabeza.
Concierta con tus vecinas/os una señal
para que llamen a la policía cuando necesites ayuda.
Si no puedes llamar a la policía o te impide salir,
abre puertas y ventanas, grita, pide socorro y llama a las/os vecinas/os, ¡no te calles!
Ten siempre a mano
los teléfonos que puedas necesitar.
Haz todo el escándalo posible.
Enseña a tus hijas/os
a conseguir ayuda y a protegerse cuando comiencen episodios violentos.
Registra las situaciones de violencia vividas,
con fechas y detalles. Apunta los datos de las denuncias realizadas, si es posible nombre y número de identificación del/de la agente que hizo el trámite.
Retén los datos de todas las personas que han presenciado los hechos
de cada agresión y de las/os que te atendieron.
Guarda todas las pruebas de la violencia:
ropa rota o ensangrentada, armas, objetos destruidos, etc.
Toma fotos de las heridas, marcas o moratones,
con una cámara que deje constancia de la fecha o con tu teléfono móvil.