En esta semana homenajeamos a... María Pacheco

 En esta semana homenajeamos a... María Pacheco

 

En esta semana homenajeamos a … MARÍA PACHECO, en una semana en la que se cumplen casi 500 años del día en que esta importante comunera entró en el Sagrario de la Catedral de Toledo para utilizar la plata para pagar a las tropas.
María Pacheco, conocida como La Leona de Castilla fue la séptima hija de Íñigo López de Mendoza, II conde de Tendilla, I marqués de Mondéjar, y de Francisca Pacheco, hermana del II marqués de Villena, Diego López Pacheco.
Nació en Alhambra en 1496, donde su padre vivía como virrey y capitán general que era de Granada desde 1492 (su padre fue nombrado por los Reyes Católicos alcalde perpetuo de la Alhambra, en el palacio del sultán Yusuf II).
María, que tomó el apellido de su madre para diferenciarse de otras dos hermanas suyas que llevaban su mismo nombre, vivió su infancia en Granada rodeada de arte y cultura. Instruida en el ambiente renacentista de la pequeña corte del Gran Tendilla, Maria era una mujer muy culta. Poseía conocimientos de latín, griego, matemáticas, letras e historia.
De niña presenció en 1500 los acontecimientos de la primera sublevación morisca, pues estuvo con su madre y hermanos pequeños viviendo entre ellos en una casa del Albaicín.
María Pacheco fue una mujer muy progresista para su tiempo, sintiéndose e orgullosa de su linaje, tenía el carácter fuerte de los Mendoza y de los Pacheco. Nunca se sometió a los convencionalismos de la época.
A la edad de catorce años, el 10 de noviembre de 1510, se conciertan sus esponsales con Juan de Padilla, un joven toledano, noble también, pero considerado por ella inferior a su rango. El Marqués de Mondéjar realizó este acuerdo para sellar una alianza con el Comendador mayor de Calatrava que era tío de Juan.  Parece ser que María se enojó profundamente con su padre al enterarse del acuerdo matrimonial, pero finalmente el 18 de agosto de 1511 se casó en Granada.
María, denominada en los escritos como “Doña”, cuando a su marido se le nombraba con su nombre de pila, tuvo que hacer una renuncia expresa a la herencia de su padre a cambio de una dote de cuatro millones y medio de maravedíes.
Pero a pesar de las diferencias de rango, parece ser que al final Doña María y Juan se entendieron y confirmaron un matrimonio que lucharía junto contra las injusticias de la época. En el año 1516 dio a luz a su único hijo Pedro, que murió siendo niño.
En 1518 Juan de Padilla sucede a su padre en el cargo de Capitán de gente de armas, el matrimonio se desplaza a la ciudad de Toledo.
María Pacheco anima a su esposo en abril de 1520, para que tome parte en el levantamiento de las Comunidades en Toledo, junto con Ávalos y Lasso de la Vega.
Es en esta fecha, concretamente el 16 de abril de 1520, cuando se considera iniciado el movimiento comunero en Castilla.
Juan Padilla asiste junto con las milicias toledanas y las madrileñas de Juan a Zapata a Juan Bravo, regidor de Segovia. Juntos hacen frente a las fuerzas realistas de Rodrigo Ronquillo. El 29 de julio de 1520 se constituye en Ávila la Santa Junta, nombrándose a Juan de Padilla capitán general de las tropas comuneras.
Poco se sabe de la actuación política de María Pacheco mientras su marido estaba guerreando en torno a Valladolid. No le gustó nada la llegada del obispo Antonio de Acuña a Toledo, el 29 de marzo de 1521, ya que vio en él un rival que quería hacerse con la mitra de Toledo, dignidad que María deseaba para su propio hermano, Francisco de Mendoza.
En Villalar, Juan fue hecho prisionero. Al día siguiente, junto a otros dos dirigentes comuneros, Juan Bravo y Francisco Maldonado, era ejecutado.
Al conocer la muerte de su esposo, María cae enferma y viste de riguroso luto, tapando su cabeza con un capuz.  
La viuda de Pacheco, lejos de abandonar la lucha, resistió en Toledo nueve meses más, la última ciudad que capituló ante el rey Habsburgo. El 6 de octubre requisa, entrando de rodillas en el Sagrario de la Catedral, la plata que allí se contiene para poder pagar a las tropas.
Finalmente se firmó una tregua favorable a los sublevados (armisticio de la Sisla) y el 25 de octubre de 1521 los comuneros evacuaron el Alcázar, aunque conservaron sus armas y el control parcial de la ciudad.
consigue huir de Toledo a Portugal disfrazada de campesina, donde tuvo importantes problemas para subsistir. 
Nunca llegó a conseguir el perdón real, tampoco lo solicitó pues sabía que le sería denegado. Fue condenada a muerte en rebeldía en 1524.
Nunca solicitó el perdón real. Su hermano menor, Diego Hurtado de Mendoza, menciona en una carta que la visitó en Oporto antes de morir y que sus deudos intentaron repetidamente lograr su perdón.
Murió en marzo de 1533, sus restos mortales descansan en el altar de San Jerónimo de la catedral de Oporto. No se le otorgó la autorización para ser sepultada junto a su marido en Villalar.  
Debido a su peripecia heroica, fue conocida por el pueblo con los apelativos de Leona de Castilla, Brava Hembra, Centella de Fuego y El último Comunero. Su figura fue llevada al cine de la mano de Juan de Orduña con el título de “La Leona de Castilla”, basada en una obra de Francisco Villaespesa e interpretada por Amparo Ribelles. 
Su hermano menor y preferido de María, el poeta Diego Hurtado de Mendoza escribió este epitafio:
 
Si preguntas mi nombre, fue María,
Si mi tierra, Granada; mi apellido
De Pacheco y Mendoza, conocido
El uno y el otro más que el claro día
Si mi vida, seguir a mi marido:
Mi muerte es la opinión que el sostenía
España te dirá mi cualidad
Que nunca niega España la verdad.
 
 
 
 
 
 
FUENTES
http://dbe.rah.es/biografias/7698/maria-pacheco
https://www.mujeresenlahistoria.com/2011/02/la-comunera-maria-pacheco-1496-1531.html
https://objetivocastillalamancha.es/contenidos/nacional/cultura/mujeres-que-dejaron-huella-en-la-historia-maria-pacheco
https://www.elindependientedegranada.es/cultura/maria-pacheco-leona-comunera-nacida-criada-alhambra-olvidada-oporto

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