En esta semana homenajeamos a... Alfonsina Storni

En esta semana homenajeamos a... Alfonsina Storni

 

En esta semana, en la que se cumplen 82 años de su muerte, homenajeamos a la poetisa argentina ALFONSINA STORNI.
 
Alfonsina Storni Martignoni nació el 22 de mayo de 1892 en Sala Capriasca, Suiza. Hija de Alfonso Storni y Paulina Martignoni, es la tercera de tres hermanos.
A los cuatro años se trasladó con sus padres a Argentina, y residió en Santa Fe, Rosario y Buenos Aires.
Con 12 años Alfonsina escribe su primer poema, triste y centrado en la muerte, y lo deja bajo la almohada de su madre para que esta lo lea. A la mañana siguiente, mediante varios coscorrones, su madre le explica que la vida es dulce.
Su padre, depresivo y alcohólico, fallece en 1906 y Alfonsina, que no para de escribir poemas, entra a trabajar en un taller de gorras.
Su madre, Paulina, se casa de nuevo y se traslada a Butinza, allí continúa dando clases de música y canto. Alfonsina se traslada a Coronda para estudiar Magisterio y trabaja como celadora en la escuela para poder pagarse los estudios.
En 1911 se graduó como maestra, y ejerció en la ciudad de Rosario, donde publicó poemas en las revistas Mundo Rosarino y Monos y Monadas.
Se trasladó luego a Buenos Aires y fue docente en el Teatro Infantil Lavardén y en la Escuela Normal de Lenguas Vivas.
Tiene un desengaño amoroso con un hombre casado mayor que ella que la deja embarazada, y avergonzada, se refugia en Buenos Aires, donde da a luz a Alejandro el 21 de Abril de 1912 cuando tenía 20 años.
Es nombrada directora de un colegio y mientras allí trabaja escribe su segundo libro, El dulce daño.
En marzo de 1918 los problemas nerviosos que padecía la obligan a dejar su puesto de directora y vuelve a entrar en los círculos literarios.
Publica su segundo poemario y colabora en Atlántida mientras trabaja como celadora en un colegio.
En 1919 edita su obra Irremediablemente y la crítica lo alava, y ese mismo año publica su obra Languidez.
Posteriormente le crean una Catedra en el Teatro Infantil Lavardén y allí trabaja enseñando a niños.
Debido a su cada vez mayor fama su comportamiento neurótico va aumentando en la misma proporción, lo que la obliga a retirarse en varias ocasiones.
Tras el Premios Nacional de 1922, el Ministro de Instrucción Pública crea una cátedra para ella en la Escuela Nacional de Lenguas Vivas en 1923.
Destaca la gran amistad que mantuvo con el escritor uruguayo Horacio Quiroga.
En 1927 estrena una obra de teatro, El amo del mundo, que fue un fracaso absoluto, de hecho, solo estuvo tres días en cartel.
A partir de este momento hace varios viajes a Europa para olvidar sus problemas. En uno de estos viajes visitó España donde dio viarias conferencias con gran éxito.
En la Peña del café Tortoni conoció a Federico García Lorca, durante la permanencia del poeta español en Buenos Aires entre octubre de 1933 y febrero de 1934. Le dedicó un poema, “Retrato de García Lorca”,
A la vuelta de uno de los viajes que hace con su hijo, la descubren un tumor, y es operada de cáncer de mama en 1935. La operación fue un éxito, pero debido a los dolores que la ocasionaba decidió no seguir una terapia a base de rayos x.
La mastectomía le deja grandes cicatrices físicas y emocionales. Siempre había sufrido de depresión, paranoia y ataques de nervios, pero ahora los síntomas de enfermedad mental se recrudecen. Se recluye y evita a sus amistades.
En 1936 se suicida Horacio Quiroga y ella le dedicó un poema de versos conmovedores y que presagian su propio final:
Morir como tú, Horacio, en tus cabales,
y así como en tus cuentos, no está mal;
un rayo a tiempo y se acabó la feria...
Allá dirán.
Más pudre el miedo, Horacio, que la muerte
que a las espaldas va.
Bebiste bien, que luego sonreías...
Allá dirán.
 
Debido a su enfermedad se retrae y apenas sale a la calle, viviendo atemorizada por la muerte. Sabía que el tiempo y el avance de su enfermedad terminal le jugaban en contra y tomó la decisión de quitarse la vida.
El 25 de octubre de 1938 hallan el cuerpo de Alfonsina Storni en la playa de La Perla, en Mar del Plata. Aunque las biografías que se han hecho aseguran que saltó al agua desde una escollera, la leyenda es que se internó lentamente en el mar.
Este hecho inspiró la obra “Alfonsina y el mar”, de Ariel Ramírez y Félix Luna, inmortalizado por artistas como Mercedes Sosa y Víctor Jara. El tema recoge versos de uno de los últimos poemas de Alfonsina, titulado “Voy a dormir”, publicado en La Nación al día siguiente de que su cuerpo fuera hallado en la playa:
 
 Dientes de flores, cofia de rocío,  
 manos de hierbas, tú, nodriza fina,  
 tenme prestas las sábanas terrosas  
 y el edredón de musgos escardados.  
 Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.  
 Ponme una lámpara a la cabecera;  
 una constelación, la que te guste;  
 todas son buenas, bájala un poquito.  
 Déjame sola: oyes romper los brotes...  
 te acuna un pie celeste desde arriba  
 y un pájaro te traza unos compases  
 para que olvides... Gracias... Ah, un encargo:  
 si él llama nuevamente por teléfono  
 le dices que no insista, que he salido.
 
Terminaba así la vida de esta gran mujer y nacía la leyenda de la gran poetisa.
 
 
#HOMENAJEAMOS  #NOSHACEMOSVISIBLES
 
FUENTES:
https://www.conclusion.com.ar/opiniones/cuando-alfonsina-se-fue-a-dormir/10/2016/
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/storni.htm
http://www.cervantesvirtual.com/portales/alfonsina_storni/autora_apunte/
https://escritoras.com/escritoras/Alfonsina-Storni
 
 
 

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