En esta semana homenajeamos a... Mariana Pineda

 En esta semana homenajeamos a... Mariana Pineda

 

En esta semana…homenajeamos a Mariana Pineda, semana en la que nació hace más de 200 años esta increíble heroína granadina.
 
Mariana Pineda Muñoz nació el 1 de septiembre de 1804 en el seno de una familia noble de Granada. Su padre se llamaba Mariano Pineda Ramírez y era capitán de navío de la Armada y caballero de la Orden de Calatrava. María Dolores, la madre, procedía de un extracto social mucho más sencillo.
Nunca se casaron, pese a ser Mariana su segunda hija (la primera murió prematuramente en Sevilla).
El padre sufría una enfermedad crónica, circunstancia que lo impulsó a dejar a su hija como única heredera. Dolores huyó con la niña, pero la Justicia la obligó a devolver a la menor a su padre en 1805.
Cuando la niña tenía 15 meses falleció su padre y quedó bajo la custodia de su tío paterno, José Pineda, que tenía 47 años, y era soltero y ciego, quién a su vez, traspasó sus responsabilidades a unos jóvenes dependientes suyos, a cuyo cargo quedó la menor.
La herencia paterna ahorró penurias económicas a Mariana, pero no le dio la estabilidad afectiva necesaria durante su infancia.
Cuando solo tenía 15 años se casó con Manuel de Peralta y Valle, liberal perteneciente a la logia masónica y próximo al círculo constitucionalista del Conde de Teba. Pronto la joven dio a luz a un niño, José María, y en 1821, a una niña, Úrsula María.
El esposo de Pineda murió en 1822, y ella se quedó viuda con 18 años y dos hijos pequeños a su cargo, en unas condiciones muy duras. Poco después, en 1824, ella comenzaría su activismo político liberal contra Fernando VII.
Comenzó a asistir a las reuniones secretas de los liberales, a los que ayudaba a escapar de la justicia consiguiendo pasaportes falsos, y asistía a los presos políticos liberales en Granada.  
Entre 1824 y 1825 tuvo su primer encontronazo con las autoridades absolutistas: ella y su criado fueron delatados por uno de los presos políticos liberales. Sin embargo, ambos concluyeron el proceso sin condena alguna.
Una de las acciones más relevantes en las que participó Pineda fue en la preparación de la fuga de un preso político liberal condenado a muerte por su implicación en el levantamiento de Rafael del Riego (1820): Fernando Álvarez de Sotomayor, comandante del Ejército y que además era su primo. Mariana introdujo hábitos de monje en la prisión, Fernando se disfrazó de fraile y de allí sin que ningún guardia lo detuviese o comprobase su identidad.
 
Mariana tuvo una relación sentimental con el abogado José de la Peña. Fruto de ese enlace furtivo, nació una niña en enero de 1829. Mariana la reconoció como hija natural, pero no vivió con ella. José de la Peña la adoptó en 1836, la reconoció como hija en 1846, y la nombró su heredera en 1852.
El Alcalde del Crimen de la Chancillería (era una especie de fiscal), Ramón Pedrosa y Andrade, estaba obsesionado con Mariana desde hacía años. Según Antonina Rodrigo, principal biógrafa de la heroína liberal, él la había perseguido siempre "como hombre y como político". Por lo que parece, Pineda le rechazó, por lo que el hombre redoblaría la persecución a la activista. En un primer momento, Pedrosa intentó reactivar la causa que en 1825 había concluido con Pineda y su criado libres.
Finalmente, Pedrosa utilizó un soplo por el cual unas bordadoras estarían preparando una bandera liberal con el lema "Libertad, igualdad y ley" para Pineda. La bandera presentaría el lema en letras rojas alrededor de un triángulo verde, todo sobre fondo morado. Las autoridades absolutistas hicieron que las bordadoras llevaran la bandera a casa de Pineda el 19 de marzo de 1831, y poco después registraron la casa donde, como ya hemos mencionado, "encontraron" la bandera a medio bordar.
A Mariana la acusaron de formar parte de una conspiración, permaneciendo nueve días bajo arresto domiciliario con intentos de fuga frustrados incluidos y ante la negativa de Mariana Pineda de delatar a sus presuntos cómplices. Después fue trasladada a la cárcel de “mujeres de mala vida”, que estaba en el beaterio de las Recogidas de Santa María Egipciaca, un convento fundado en 1594 y que supuestamente ayudaba a mujeres descarriadas para su regeneración.
El proceso judicial no duraría más de dos meses y estuvo plagado de acciones cuestionables, cuanto menos, por parte de las autoridades, como que el abogado defensor tuviera 24 horas desde que conoció el caso para presentar su escrito.
El ministro de Justicia autorizó un indulto para Pineda si delataba a sus compañeros, pero ella se negó a delatar a nadie. De nada sirvieron los alegatos que en favor de la joven dirigió un sector influyente de la ciudad a Fernando VII.
Durante el juicio, el fiscal imputó a Mariana el delito de “rebelión contra el orden y el monarca”, castigado entonces con la pena de muerte. La defensa adujo que la supuesta bandera no tenía que ver con ninguna revolución sino con la masonería, como demostraría el lema que aparecía en ella. Sus argumentaciones cayeron en saco roto.
Se especuló que la detención y la condena de Mariana se debía al despecho sufrido por Ramón Pedrosa, citado en párrafos anteriores.
Esta teoría la expuso veladamente durante el juicio su abogado defensor al referirse a “ciertos acontecimientos y circunstancias fatales” que habían hecho que a la referida “se la tenga por algunos en un concepto” que no merecía, entre las que se encontraba “no haber accedido a pretensiones de otros sujetos” quienes “no sería extraño que se hayan propuesto llevar su resentimiento y venganza hasta el extremo de arruinarla”.
Por este motivo durante mucho tiempo circularon diferentes coplas por la ciudad de Granada sobre este asunto especialmente explícitas, coplas como la siguiente:
 
Granada triste está
Porque Mariana Pineda
A la horca va
Porque Pedrosa y los suyos
Sus verdugos son,
Y esta ha sido su venganza
Porque Mariana de Pineda
su amor no le dio
 
 
Finalmente, Mariana Pineda fue ejecutada el 26 de mayo de 1831 en la actual plaza de la Libertad de Granada, cuando solo tenía 26 años.
Su muerte pretendió dar un escarmiento a los liberales, pero la convirtió en una mártir, una leyenda y en un símbolo. Fue enterrada en el cementerio de Almengor, sin que nada identificase su tumba. Desde 1856, sus restos se conservan en la cripta de la catedral de Granada, bajo una sencilla lápida.
Cada año, el Ayuntamiento granadino organiza la Fiesta Cívica de Mariana Pineda el domingo más cercano al 26 de mayo, aniversario de su muerte.
El mutismo de Mariana durante su encarcelamiento y la frase que dijo para no delatar a sus compañeros "nunca una palabra indiscreta escapará de mis labios" pasaría a formar parte de la leyenda de esta heroína tras su muerte, sobre la que escribiría incluso García Lorca en su obra “Mariana Pineda. Romance popular en tres estampas”.
Desde 2003 Granada cuenta con el “Centro Europeo de las Mujeres Mariana de Pineda “ ubicado en la que fuera última vivienda de esta heroína granadina.
Se puso en marcha con una triple finalidad: honrar la memoria de esta ilustre mujer de gran arraigo popular que simboliza la lucha liberal constitucionalista del siglo XIX; ubicar la sede del Consejo Municipal de la Mujer y realizar actividades encaminadas a conseguir la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.
Este Centro forma parte de la Red de Centros de Documentación y Bibliotecas de Mujeres.
 
“Nunca una palabra indiscreta escapará de mis labios para comprometer a nadie. Me sobra firmeza de ánimo para arrostrar el trance final. Prefiero sin vacilar una muerte gloriosa a cubrirme de oprobio delatando a persona viviente”.
Mariana Pineda.
 
 
 
Fuentes
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/pineda.htm
https://www.lavanguardia.com/ocio/viajes/20200524/481300917415/rastro-mariana-pineda-granada.html
https://www.infolibre.es/noticias/verano_libre/2017/08/09/mariana_pineda_68432_1621.html
https://www.granada.org/inet/marianapineda.nsf/wwinicio/d7f2fce14ff408a5c1257abf003346cb
http://loquesomos.org/la-valiente-mariana-pineda/

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