Enciclopedia de Mujeres "Oliva Sabuco"

Amalia Avia Peña

Amalia Avia Peña

Pintora. Académica de la Real Academia de Bellas Artes de Toledo [Santa Cruz de la Zarza, 1930-Madrid, 2011]
Su infancia marcada por la guerra y la posguerra transcurre entre su pueblo y Madrid, tras la muerte de su padre durante la contienda. Se forma como pintora en los 50 en el estudio madrileño de Eduardo Peña. En esa década conoce a muchas de sus amistades y posteriores colegas de generación como Esperanza Parada, Antonio López, Julio López y el que será su marido, Lucio Muñoz. Francisco Nieva se refería a su pintura realista, nunca hiperrealista, como el retrato de la melancolía barojiana.
*Retrato Archivo Fotográfico Web de Lucio y Amalia
 
 

Amelia Moreno Rosillo

Amelia Moreno Rosillo

Quintanar de la Orden, 1947 – Quintanar de la Orden, 2011

Pintora

 

El legado de Amelia Moreno no se limita a su obra plástica; también destaca su labor como promotora cultural, demostrando un fuerte interés en apoyar el arte contemporáneo en Castilla-La Mancha. En 2004 fundó la Asociación Espacio-Arte El Dorado, que posteriormente evolucionó en la Fundación Amelia Moreno, gracias al apoyo del arquitecto David Cohn, su segunda pareja y principal compañero de vida. Este espacio se ha convertido en un punto de referencia para la creación y exhibición del arte contemporáneo, manteniendo vivo su espíritu innovador y comprometido con la cultura. En 2023 se celebró el XIX Encuentro de Artistas, siempre en septiembre, coincidiendo con la vendimia y en colaboración con distintos agentes, entre los que destaca la Facultad de Bellas Artes de la UCLM (Cuenca). La Fundación está ubicada en parte de las naves de la Fábrica de Licores y bodega familiar.

Amelia fue la mayor de una familia de diez hermanos y, desde los doce años, manifestó su deseo de “ser pintora para ser diferente” y escapar así de las obligaciones tradicionales impuestas a las mujeres en su época. Accedió a trabajar en la fábrica de licores de su familia durante la adolescencia para ayudar a su padre en la oficina, aunque antes ya dibujaba. La familia aún conserva cuadros realizados por ella a los 16 años. Su obra se caracteriza por una profunda exploración del cuerpo y el paisaje, abordándonos desde perspectivas innovadoras y personales, que nos permiten adentrarnos en su particular visión del universo.

Formación y primeros años.

Siempre fue consciente de lo difícil que era ser mujer en un entorno rural, donde, a diferencia de los varones, no gozaban de la libertad de explorar el paisaje, montar en bicicleta, bañarse en las charcas o simplemente alejarse de casa.

Durante la adolescencia, empezó a diseñar su propio vestuario, dibujando patrones y pintando. Encontró en la música de The Beatles una gran evasión, ya que sus canciones la animaban a soñar con nuevos caminos y a cuestionar las normas sociales de su entorno.

Su trayectoria artística fue complicada, ya que se situaba a contracorriente de otras artistas de su tiempo. Fue una autodidacta, al no haber recibido formación académica, y tuvo que formarse a sí misma. Asistió con amigos artistas a sesiones “life drawing” en los estudios del Círculo Bellas Artes y, sobre todo, aprendió de sus relaciones personales tras su llegada a Madrid.

Con veinte años conoció al fotógrafo Enrique Carrazoni casándose con él en 1970 en Alcázar de San Juan lo que le permitió independizarse de la casa familiar fijando su residencia en Madrid. Pasaron veranos en Ibiza en una tienda de campaña cerca de la playa, justo cuando Jimmy Hendrix y su guitarra revolucionaban Mallorca. Es bien conocida la importancia cultural de estos años en la isla, con la llegada de numerosos artistas internacionales debido a la celebración del Congreso Internacional de Sociedades de Diseño Industrial (ICSI) y la apertura de importantes galerías de arte contemporáneo. En Madrid se instalaron en un barrio obrero. Amelia, como mujer apasionada, reflexiva y feminista, compartió rápidamente con las mujeres de su barrio, que carecían de información y experiencia, sus ideas avanzadas. Intentó ayudarlas y concienciarlas de la importancia de que tanto sus hijos como sus hijas tuvieran las mismas oportunidades en el acceso a la educación y formación, como única manera de tomar las riendas de sus vidas.

Fueron años de numerosos viajes a Portugal y París, donde conoció a otros artistas, incluyendo a aquellos que venían desde Estados Unidos con hijos pequeños, a quienes Amelia acogió en su casa de Madrid durante algunos meses. Fueron tiempos difíciles, en los que compartían y, al mismo tiempo, se ganaban la vida, instalando puestos en el Rastro. Cada día era una aventura, primero pintando en el estudio y luego compartiendo largas conversaciones sobre política durante los últimos años del franquismo. Se debatía y se leía filosofía, aprendiendo junto a universitarios en reuniones donde el deseo común era conquistar la libertad de expresión para plasmar sus ideas.

La Familia Lavapiés (LFL)

Amelia también se organizó para ayudar, repartiendo propaganda contra el Régimen. Así se unió a la Familia Lavapiés (LFL, célula del FRAP) junto a Darío Corbeira y Paco Leal, entre otros, realizando acciones en galerías de arte y en la calle para visibilizar problemas sociales junto a acciones participativas con organizaciones vecinales. Reivindicaban el papel que los artistas deberían tener, defendiendo la libertad por encima de cualquier posibilidad de un incipiente capitalismo o de la apariencia de un régimen aperturista, irreal debido a los intereses políticos de proyectar una imagen diferente al mundo.

Entre las muchas acciones que realizaron, destaca la exposición clandestina en la Librería Antonio Machado en defensa del pueblo saharaui. Esta exposición, con una sensibilidad izquierdista, intentó dar forma a un nuevo arte popular, identificando lo contemporáneo con la decadencia estética de la burguesía, y siempre bajo el temor de ser detenidos en sus domicilios. Amelia tenía su estudio en Embajadores, donde facilitó la convivencia a dos militantes más de la LFL (Paco Leal y Paco Gámez), convirtiendo el lugar en un centro de producción artística y encuentros amistosos, ya que algunos de sus amigos eran homosexuales, relaciones que en ese momento estaban prohibidas.

Nueva York.

Tras estos años de compromiso, Madrid se le quedó pequeño. Las tensiones políticas y su separación de Carrizoni la llevaron a sentir la necesidad de un cambio de aires. Decidió ir a Nueva York, la principal ciudad del arte en esos momentos, para acercarse a la obra de artistas que le interesaban, como Franz Kline, Jackson Pollock o Mark Rothko. La sensación de individualismo que le ofrecía la era inmensa al pasear por la Gran Manzana o el barrio de Brooklyn. En Nueva York, comenzó a usar un sombrero bombín y largas gabardinas como una forma de autoafirmarse. Visitó museos y galerías, relacionándose tanto con artistas estadounidenses como con otros españoles que llegaban a la urbe. Fue una experiencia enriquecedora, disfrutando de la música en directo junto a otros apasionados del jazz. En Nueva York, se encontró con Lidia Falcón y coincidió con Paloma Picasso en una exposición. Fue una etapa de gran felicidad y equilibrio en la que trabajó mucho en el estudio y recibió a otros artistas de Castilla-La Mancha como Pepe Buitrago o Pedro Castrortega.

En este momento también conoció al arquitecto estadounidense David Cohn, con quien compartía ideas y formas de entender la vida. A partir de entonces, viajó ocasionalmente a otras ciudades, como París o Londres, para montar sus exposiciones, alternando estancias en Nueva York y Madrid, hasta que decidieron casarse e instalarse definitivamente en España, comprando un estudio en la calle Tres Peces. Al regresar a Madrid, los colores de sus lienzos se fueron tornando gradualmente más oscuros. El tiempo pasó rápidamente y la muerte de sus padres le abrió una gran herida, lo que la llevó a fundar junto a Cohn la Asociación de Arte El Dorado, convirtiendo la vieja fábrica en un espacio de creatividad donde los artistas pudieran exponer y dar rienda suelta a su imaginación. En el lugar de su infancia, Amelia se reencontró a sí misma, trabajando el paisaje con un estilo muy personal, logrando expresiones cada vez más poéticas.

En 2011, mientras ejecutaba sus obras más caligráficas y evolucionadas hacia la abstracción, pasando del paisaje más abierto hacia un territorio más marcado, y en pleno Encuentro de Artistas, en Quintanar, Amelia falleció. Sin embargo, sus ideas e impulso siguen vivos como un legado a continuar.

 

Fuentes consultadas:

García Marín, F. y García García-Tapetado, L. (coords.). (2025) Mujeres en la historia de Toledo (p. 247-251). Almud, ediciones de Castilla-La Mancha.

 

 

ANA DE SAN BARTOLOMÉ

ANA DE SAN BARTOLOMÉ

 
La Beata Ana de San Bartolomé se llamaba Ana García Manzanas y nació en Almendral de la Cañada (Toledo) el 1 de octubre de 1549.
 
A los nueve años perdió a su madre y, un año después, a su padre. Pronto sintió vocación religiosa, pero sus hermanos no apoyaron su decisión de ser carmelita y por ello sufrió grandes contradicciones que repercutieron sobre su salud, llegando a enfermar gravemente.
 
Entonces sus hermanos ofrecieron una novena al apóstol San Bartolomé por su curación y el día de su fiesta, 24 de agosto de 1570; se curó repentinamente. En gratitud al Apóstol que ella consideró siempre su gran intercesor le eligió para su nuevo nombre de carmelita descalza.
 
Fue la primera hermana de velo blanco, que Teresa de Jesús admitió en su primer Carmelo, cuna de su Reforma.  Ana de San Bartolomé se convirtió en su compañera inseparable, hasta tal punto la quiso y la valoró Santa Teresa que, cuando sintió que llegaba la hora de su muerte, la reclamó junto a sí para morir entre sus brazos, convirtiéndose en su heredera espiritual.
 
Fue reclamada por la infanta Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II y entonces Soberana de los Países Bajos, llegó a Flandes para fundar el Carmelo de Amberes, del que fue priora hasta su muerte. La Infanta siempre mostró un gran aprecio por esta hija predilecta de Santa Teresa y pronto Ana de San Bartolomé se convirtió en su fiel amiga y consejera.
 
En Flandes vivió Ana de San Bartolomé los últimos años de su vida con gran fama de santidad, que, al igual que le ocurrió a Santa Teresa en Castilla, la envolvió sin ella poderlo evitar.
 
Todo tipo de personas, desde los humildes campesinos hasta las gentes de más alta alcurnia, acudían a su Carmelo para pedirle su consejo y su bendición. Fue consejera y amiga de los soldados y generales de los famosos Tercios de Flandes que recurrían a ella para implorar su bendición y prender unas letras suyas en la coraza como salvaguarda y protección en la batalla.
 
Murió como ella quiso, rodeada de sus hijas y sin llamar la atención, el atardecer del domingo 7 de junio de 1626, festividad de la Santísima Trinidad, misterio del que era muy devota. Pero no pudo impedir que cientos de personas de toda condición social se acercasen hasta su querido Carmelo para venerarla como una santa.
 
Reyes, príncipes y rectores de las más importantes universidades enviaron al Papa cartas solicitando su pronta beatificación, pero, a pesar de los numerosos milagros, el proceso se alargó interminablemente en el tiempo, en gran parte por las circunstancias políticas que atravesó Flandes hasta que en 1830 se constituyó el reino católico de Bélgica. Al fin el 6 de mayo de 1917, en plena Primera Guerra Mundial, culminó el proceso y el papa Benedicto XV beatificó a esta ilustre carmelita toledana.
 
Fuentes consultadas:
Asociación “Amigos de Ana de San Bartolomé” 
http://www.anadesanbartolome.org/ana.html
 
 

Carmen Fernández / Activista y feminista española

Carmen Fernández / Activista y feminista española

(Toledo,1943-Toledo, 2023)

Cofundadora de la asociación María de Padilla y una figura destacada en la defensa de los derechos de las mujeres y la lucha contra la violencia machista. Su compromiso y dedicación dejaron una marca profunda en Toledo y en la lucha por la igualdad de género en España.

 

Compromiso con el Feminismo

Nacida en Toledo en 1943, Carmen Fernández creció en una sociedad donde el feminismo era un concepto poco conocido y, a menudo, estigmatizado. Sin embargo, desde joven, mostró un fuerte compromiso con la causa de las mujeres. En un contexto histórico marcado por las restricciones de la dictadura franquista, su trabajo representó un acto de valentía y convicción.

En los años ochenta, con la transición española consolidándose y la recién creada comunidad autónoma de Castilla-La Mancha dando sus primeros pasos, Carmen Fernández fue una de las precursoras del feminismo en la región. En una época en que el movimiento feminista aún tenía una presencia limitada fuera de los grandes centros urbanos, Carmen trabajó para organizar a las mujeres desde la base, utilizando espacios tradicionales como los talleres de costura para fomentar el empoderamiento y la reflexión sobre los derechos de las mujeres.

 

Asociación María de Padilla

En 1987, Carmen Fernández cofundó María de Padilla, una asociación que comenzó como un modesto grupo de mujeres y se convirtió en un símbolo del activismo feminista en Toledo. La asociación se enfocó inicialmente en brindar apoyo a las mujeres en su vida cotidiana, pero pronto amplió su alcance para abordar problemas estructurales como la violencia de género y la desigualdad.

Un momento clave en la historia de la asociación fue el asesinato de Ana Orantes en 1997, un caso que conmocionó a España y visibilizó la violencia machista como un problema sistémico. Este trágico suceso llevó a Carmen y a María de Padilla a tomar una postura más activa y a luchar con mayor determinación contra la violencia de género, a la que calificaban como la mayor de las injusticias "porque cuesta la vida". Bajo el liderazgo de Carmen, la asociación promovió el reconocimiento de los derechos de las mujeres y reclamó su autonomía y espacio en la sociedad.

 

Reconocimiento y Legado

Por sus décadas de trabajo en pro de la igualdad, Carmen Fernández fue reconocida en 2019 como Hija Predilecta de Toledo, un honor que destacó su papel en la transformación social de su comunidad. Este reconocimiento no solo celebró su trayectoria personal, sino también el impacto colectivo de María de Padilla en la lucha por los derechos de las mujeres.

Carmen Fernández falleció en Toledo en 2023, dejando un legado de lucha incansable por la justicia y la igualdad de género. Su historia continúa inspirando a quienes persiguen un mundo más equitativo, y su labor sigue siendo un ejemplo del poder del activismo desde lo local para generar cambios significativos.

 

Fuentes consultadas:

https://www.cmmedia.es/noticias/castilla-la-mancha/mujeres-autenticas-ca...

Catalina Sandalia Simón Fernández Verdugo/ Artista autodidacta

Catalina Sandalia Simón Fernández Verdugo/ Artista autodidacta

(VillacañasToledo 1902-1987), más conocida como “Tía Sandalia”, fue una artista española autodidacta, representativa del Arte naíf más popular.
Mujer fuerte de carácter, cuerpo y alma y escaso nivel económico. Aunque no sabía leer gozaba de una inmejorable memoria siendo una incomprendida en la época que le tocó vivir.
Tía Sandalia comenzó a hacer esculturas y pinturas para explicarles a sus hijos la Historia Sagrada. No tenía ninguna formación artística formal y la mayoría de sus modelos procedía de imágenes de culto cercanas, estampas y la imaginería popular.
Dedicó su vida a plasmar en formas y colores la religiosidad y el espíritu que la animaba, no encontrando mejor sitio para hacerlo que las paredes y las habitaciones de su casa. Yeso, cal, pinturas al temple, cartón, telas, alambre, ramas, alambre y elementos naturales como su propio pelo... cualquier material era la excusa adecuada para formar su museo particular y poder enseñar a sus hijos, y a todo el que se acercara, aquella “su Historia Sagrada” robada durante la Guerra.
A su muerte su obra fue legada al Ayuntamiento de Villacañas, ocupándose la Escuela de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Madrid de su traslado, conservación y ambientación real en el actual enclave.
Conforman dicho Museo pinturas al fresco, 40 bajorrelieves, 66 esculturas exentas y 26 lienzos.
 
Fuente:
Zaragoza Sesmero, V., 2021. En la frontera del mito (Tía Sandalia). BESANA: Revista de estudios e investigación de la casa regional de Castilla-La mancha en Madrid, (nº 36 Segunda época nº3.), pp.5-18.
www.aytovillacanas.com
https://es.wikipedia.org/wiki/T%C3%ADa_Sandalia
 
 
 
 
 
 
 

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